miércoles, 8 de febrero de 2012

La verdad...

Siempre empezaba sus historias por “siempre”, pero esa tarde quiso hacer una excepción. Sin saber por qué escribió un “La verdad es que…”. Iba a ser su única historia diferente, la definitiva, al fin se iba a desnudar. Pensaba que tenía muchas verdades que contar, demasiadas, tantas que era incapaz de individualizar ninguna y continuar esas cuatro palabras. Lo único que lograba pensar es que la verdad es más difícil de encerrar que la mentira, igual que es más difícil hacer reír a alguien todos los días antes que hacerlo uno solo.
Por eso lograrlo tiene más mérito.

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