jueves, 11 de agosto de 2011


En respuesta al texto de mi amiga Linda Luna. 
Porque no hay mal que por bien no venga.
Que esto sea alivio para tu alma y una luz en el horizonte.



Abrí la puerta y entré dentro de la estancia. Cuando la puerta se cerró oí el sonido típico que avisa de que alguien entró en el local, pero esta vez en vez de pasar de largo me fijé de dónde procedía.
El objeto estaba formado por un círculo de madera unido al techo por un fino cordón y del que colgaban hacia abajo diferentes cilindros que al chocar unos contra otros producían aquella melodía tan peculiar.
Sin embargo, eso no tenía nada de especial, había visto muchos iguales en diferentes comercios. Lo que me llamó la atención es que, además de los cilindros, colgaban también pequeños medallones de madera, cada uno con una inscripción en ellos. Una en concreto me hizo sonreír: .

No sé, nunca me he planteado seriamente si existe el destino, o algo parecido... Solo sé que fue la excusa perfecta para empezar a escribirte estas palabras.

¿Para qué? Para qué es una pregunta extraña. La verdad es que esta mañana no sabía del todo para qué, pero cuando leí tu estado copié esos caracteres en japonés y rápidamente fui al Google traductor a ver lo que significaban. Si no lo hubiera hecho, no me habría fijado nunca en aquella inscripción en el medallón. Inscrita también estaba la traducción, y con una palabra diferente a la de Internet: La primera era Fortuna, mientras que la segunda Suerte.
¿Para qué lo hice? Realmente no había un para qué.
Me preocupé en buscarlo Porque me importas. Porque has sido amable conmigo, porque eres diferente, porque te llamas Linda, pero no literal, y te ríes y me haces reír por ello… Porque ser tú es cansado, y quiero ser un descanso en tu vida, porque cuando despiertes de ese sueño que te estás echando quiero estar contigo, porque quiero que amanezca, y lo veas, y me lo describas como tú sólo sabes hacerlo, porque gracias a que estos meses has hablado mucho, me has conocido, porque aunque no hables más, una de las primeras frases que te dije es que no tengo miedo al silencio (porque se que no conseguirás nunca callarte del todo :P) porque estaré contigo también cuando no seas amable conmigo, cuando no seas del todo diferente, también cuando te llames Linda de forma literal (será divertido), cuando no te rías,…

Porque ahora necesitas estar sola, pero cuando estés sola, sabrás que no estás del todo sola, porque ayer me dijiste que me ibas a echar de menos, y yo te eché de menos, y sabía que me necesitabas. Porque te escucho, y soy medicina para tu alma, porque me escuchas y tú lo eres para la mía, y porque de mientras ambos hablamos. Porque no me importa que me analices, (porque yo te analizaré de mientras jeje).

Porque no quiero que dejes de ser como eres, y quiero tomarte. Porque puede que esto tampoco tenga coherencia, no lo sé, solo sé que llevo todo el día queriendo escribirlo, y lo he conseguido porque me importas, sí, otra vez lo digo, y porque la prueba es que si no me importaras, jamás me habría fijado en un medallón en que veía escrito que  colgaba de uno más grande en que la inscripción era 幸福.

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